Las postales en cada farmacia local rezan: «¡Bienvenido a la fabulosa Farmingdale!», una campaña publicitaria que fue idea del alcalde Hernández (quien, casualmente, empleó la firma de relaciones públicas de su esposa para comercializar su comunidad). Pero en este momento, las cosas están lejos de ser fabulosas en Farmingdale y, por una vez, nadie culpa al alcalde. Algún tipo de virus o veneno está convirtiendo a la gente común en asesinos viciosos y parecidos a zombis. No está claro cómo se propaga la enfermedad (aunque parece que el contacto físico es ciertamente una forma), pero es obvio lo que la enfermedad hace a sus víctimas.
Estos muertos vivientes, apodados «Zeds» por los noticieros locales como el acrónimo de «Zombie Epidemic Disease», ahora convergen en tu esquina del mundo alrededor de Farmingdale. Por lo que puedes decir, te han dejado a tu suerte para detenerlos mientras la Guardia Nacional organiza una columna de socorro, pero eso podría llevar días, quizás semanas, para que luchen hasta llegar a ti y, hasta entonces, ¿qué puedes hacer?
Con pocas opciones entre la supervivencia y una muerte (in)gruesa, te das cuenta de que debes coordinar la defensa de la ciudad de Farmingdale y sus aldeas circundantes. Debes dirigir a los buenos ciudadanos y héroes emergentes de estas comunidades para detener los avances de los Zeds (re)matándolos, intentar coordinar el descubrimiento de una cura para esta vil plaga y preservar la mayor cantidad posible del área y de sus habitantes. No hay tiempo que perder…